martes, 10 de marzo de 2015

¿POR QUÉ SE LEE TAN POCO Y TAN MAL?

Algo está pasando con nuestra disciplina porque de unos años para acá, casi coincidiendo con la incorporación de los estándares internacionales de calidad científica en nuestras publicaciones, observo atónito cómo cada día se cita poco y peor. Me explico. Vengo comprobando que la mayoría de los trabajos científicos, libros o revistas, de nuestra disciplina tienden a citar sólo lo que aparece en google, a los autores de la misma cuerda, y nunca títulos de una antigüedad superior a 5 años. ¿En dónde quedó aquello que estudiamos de nuestros mayores de hacer una "revisión de la literatura" sobre un tema antes de escribir sobre él? Esto se ha perdido por completo. Llama poderosamente la atención sobre todo en los constitucionalistas jóvenes (generalizo, que nadie se ofenda). Abordan temas sin repasar la literatura, que limitan a la sobras que conocen y en el idioma que manejan. Casi nadie trabaja con autores alemanes o franceses, no se hacen barridos de bibliografía horizontal (TODO lo publicado en las literaturas jurídicas al uso -italia, alemania, francia, UK, EEUU...) y vertical (TODO lo publicado desde los inicios de la investigación en un tema). Ese despiste bibliográfico explica descubrimientos de mediterráneos y hallazgos de lo ya descubierto hace años. En todo ello creo que tiene buena culpa el sistema de acreditación. Vaya dicho por delante que soy de los que lo defienden (única manera de romper con las "capillas"). Pero ha provocado que nuestros jóvenes constitucionalistas estén más preocupados en cumplir con la tábula de la ANECA, lo que siempre les lleva atrabajar con prisa (y sin pausa), que no en atender el consejo que siempre me daba Ignacio de Otto antes de empezar a estudiar un tema: leerlo todo, hasta lo que no te gusta o no entiendes.

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